Extracto
El proyecto, que se desarrolló en dos centros preescolares de la zona capitalina, muestra cómo niños de cinco a seis años vivieron los cambios ocurridos en los centros preescolares a causa del COVID-19. Los participantes fueron 23 niños de entre cinco y seis años. El proyecto utilizó entrevistas grupales, dibujos y conversaciones con jefes de departamento y profesores especiales. El proyecto se llevó a cabo con el permiso del director y en colaboración con cuatro profesores.
Cada jardín de infancia trabajó de forma independiente y los profesores intercambiaron información. La recolección de datos se realizó en el periodo del 16 de abril al 10 de mayo. Los resultados mostraron que los niños se sentían seguros y felices dentro de los muros de las escuelas y continuaban realizando sus tareas diarias con alegría. Aunque se modificó la asistencia de los niños a la escuela, no consideraron que estuvieran perdiendo sus derechos a los terrenos escolares y a los materiales para jugar. Al contrario, mostraron comprensión del peligro y confianza en las instrucciones de sus padres y del personal de la escuela.
Los resultados también mostraron que los niños que tenían miedo no querían que los demás lo supieran. Los niños con necesidades especiales se adaptaron bien a grupos pequeños. Finalmente, el proyecto reveló que los niños extrañaban a sus amigos y la vida cotidiana. En vista del bienestar de los niños, los administradores de ambos jardines de infancia se mostraron satisfechos con las decisiones tomadas y dijeron que harían lo mismo si una epidemia volviera a Islandia. El bienestar de los niños es una prioridad absoluta para los profesores de jardín de infancia.
Al recopilar las opiniones de los niños en diferentes situaciones, les damos la oportunidad de ser partícipes del desarrollo y mejora del sistema escolar. Además, les demuestra que nos preocupamos por sus puntos de vista y que somos lo suficientemente flexibles como para iniciar cambios hacia un mayor bienestar en la escuela.
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